jueves, 18 de octubre de 2007

Placeres gastronómicos

En la confluencia del Passeig Picasso y la Avenida Marqués de l'Argentera, nos encontramos con un restaurante griego 'Dionisos'. Es la segunda vez que acudo allí. Mi acompañante, volvió a demostrar su gran capacidad para contagiar el entusiasmo por los productos griegos, y en un afán de no repetir productos con respecto a la comida anterior, pidió una variedad exquisita de platos, a cual más delicioso, más apetecible y más atrayente.




Frente a la entrada del parque de la Ciudadela.

Entrada al restaurante por Avenida Marqués de l'Argentera.

Esquina de las dos calles, y entrada principal con terraza del restaurante.

Abrimos la puerta y nos dejamos envolver por la música. Dadle al play...



Y aquí empieza ese despliegue de fotos para tan selecto despliegue de manjares. Dice Pere que da gusto comer conmigo porque disfruto haciéndolo, pero es que es imposible no comer así cuando se hace no sólo con la variedad al paladar de gustos y texturas, y el acompañamiento de un vino resinado, sino también con una compañía tan agradable y tan enriquecedora, a la par que tan didáctica. Hablo con Pere como con un viejo amigo, como si lleváramos años compartiendo confidencias y experiencias, y me transmite una calma y una sabiduría que me ayuda a disfrutar de la comida y de la conversación.
De momento no tengo los nombres de estos platos, si Pere tiene a bien pasarme por correo los nombres en griego lo modificaré. Así que de momento y a falta de nada mejor, explicaré cual es el contenido de cada plato.
Vista de la maravillosa botella de Retsina junto a los dos primeros platos que Pere había pedido.

Sobre estas líneas hojas de parra rellenas de arroz (y algo más que no recuerdo) y acompañado de patatas al horno, calabacín y zanahoria. La salsa con un ligero toque de mostaza...
Y abajo, queso frito (mmmm, delicioso...un sabor inexplicable, sólo hay que probarlo) acompañado de ensalada con cebolla.

Aportaciones de Pere: El queso lo frien tan cual en una sartén con un poco de aceite y otras veces lo rebozan. Y de la cebolla....¿te has fijado que toda receta griega empieza con 'se añade-pica-corta la cebolla?'




El pan de pita, tiene no sólo el gusto del pan en sí, sino que parece hecho sobre una plancha con regusto a carne a la brasa. Además lo sirven calentito y dan ganas de comer sin parar.



Y como esta vez Pere pidió demasiados platos y la mesa tenía unas pequeñas limitaciones de espacio, tuvimos que esperar a terminar los dos platos anteriores, para que nos trajeran los siguientes.

Aportación de Pere: Recuerda que en Grecia se sirven todos los platos a la vez y se debe comer de todos ellos de manera indistinta.




Sobre estas líneas pimiento relleno de arroz con un ligero toque picante y repetimos guarnición para todos los platos que siguen. Por cierto, ¿sabíais que adoro las patatas y el calabacín?.





Y entre estos dos platos de carne voy a escribir. El de arriba está relleno de lo que yo dije que era atún y en realidad, se reía Pere, era cordero. El cordero lo trinchan muy pequeñito adquiriendo la textura del atún enlatado (sólo a nivel visual) y guisado de modo que adquiera un punto meloso. La salsa....jooooo....con lo buena que estaba y no recuerdo de qué era!! Y antes de que se me olvide, la carne de cordero desmigadita estaba dentro de una fina lámina de pasta de hoja. El contraste de sabores es un verdadero placer. Imposible no emitir sonidos guturales 'mmmm'.

Y aquí abajo un rollo de carne relleno de un sofrito de ....Pere SOS, ya no lo recuerdo!!!




Detalle del relleno:



Y para finalizar, según la religión de Pere, no podemos levantarnos de la mesa sin algo dulce. Para esta ocasión escoge un turrón de almendra con chocolate. ¿Hace falta que diga lo bueno que estaba? Imaginad si era una tentación que nos lanzamos a comer antes de hacerle la foto para el blog.
El olor a canela de este plato me lleva a un nuevo placer, el sentido del olfato llega al clímax. Y sí, ya tengo encargada la peli. Por cierto...era por el perfil helénico?

Para ti