jueves, 25 de octubre de 2007

Bruja

Se miró en el espejo, confiada y serena, y el espejo le devolvió la realidad que no quería ver: las princesas son brujas y las brujas princesas.







(Curiosamente entre 'novelas de amor' y 'historias de mujeres' tengo a mis brujas)







Y la letra de esta 'Princesa del subterfugio':



Princesa del Subterfugio

Tenía los ojos más bonitos nunca vistos,
mas tenía el corazón más desdichado.
Tenía el alma llena de marcas de mordiscos
y un amor descafeinado.

Tendrías que haberla visto correr
tras caricatos, palmeros, cantautores.
Tendrías que haberla visto morir
de mal de amores.

Bruja de corazón sucio
como un lavabo de hombre:
princesa del subterfugio,
voy olvidando su nombre.
Bruja de corazón roto
como un cristal contra el suelo,
ya no me duerme su foto
las noches que me desvelo.

Tenía un billete de ida y vuelta a mi cabeza,
el finiquito por despido en mi memoria.
Tenía la llave de la puerta de salida de mi vida,
de mi mente, de mi historia.

Tenía un trato con Lucifer,
salió perdiendo, resultó que era mi amigo,
lo conocí en el averno
que escondía tras su ombligo.

Bruja de corazón sucio
como un lavabo de hombres:
princesa del subterfugio,
voy olvidando su nombre.
Bruja de corazón roto
como un cristal contra el suelo,
ya no me duerme su foto
las noches que me desvelo.

Tenía una boca desbocada, quiso, y no pudo, ser hada,
el cuento le traicionó.
Tenía lo que yo, es decir, nada, una mañana desolada,
hasta el sol la abandonó.

Tendrías que haber olido su piel,
aquel perfume se perdía entre sus dudas,
jamás le trajo una carta
el cartero de Neruda.

Bruja de corazón sucio
como un lavabo de hombres:
princesa del subterfugio,
voy olvidando su nombre.
Bruja de corazón roto
como un cristal contra el suelo,
ya no me duerme su foto
las noches que me desvelo.

jueves, 18 de octubre de 2007

Placeres gastronómicos

En la confluencia del Passeig Picasso y la Avenida Marqués de l'Argentera, nos encontramos con un restaurante griego 'Dionisos'. Es la segunda vez que acudo allí. Mi acompañante, volvió a demostrar su gran capacidad para contagiar el entusiasmo por los productos griegos, y en un afán de no repetir productos con respecto a la comida anterior, pidió una variedad exquisita de platos, a cual más delicioso, más apetecible y más atrayente.




Frente a la entrada del parque de la Ciudadela.

Entrada al restaurante por Avenida Marqués de l'Argentera.

Esquina de las dos calles, y entrada principal con terraza del restaurante.

Abrimos la puerta y nos dejamos envolver por la música. Dadle al play...



Y aquí empieza ese despliegue de fotos para tan selecto despliegue de manjares. Dice Pere que da gusto comer conmigo porque disfruto haciéndolo, pero es que es imposible no comer así cuando se hace no sólo con la variedad al paladar de gustos y texturas, y el acompañamiento de un vino resinado, sino también con una compañía tan agradable y tan enriquecedora, a la par que tan didáctica. Hablo con Pere como con un viejo amigo, como si lleváramos años compartiendo confidencias y experiencias, y me transmite una calma y una sabiduría que me ayuda a disfrutar de la comida y de la conversación.
De momento no tengo los nombres de estos platos, si Pere tiene a bien pasarme por correo los nombres en griego lo modificaré. Así que de momento y a falta de nada mejor, explicaré cual es el contenido de cada plato.
Vista de la maravillosa botella de Retsina junto a los dos primeros platos que Pere había pedido.

Sobre estas líneas hojas de parra rellenas de arroz (y algo más que no recuerdo) y acompañado de patatas al horno, calabacín y zanahoria. La salsa con un ligero toque de mostaza...
Y abajo, queso frito (mmmm, delicioso...un sabor inexplicable, sólo hay que probarlo) acompañado de ensalada con cebolla.

Aportaciones de Pere: El queso lo frien tan cual en una sartén con un poco de aceite y otras veces lo rebozan. Y de la cebolla....¿te has fijado que toda receta griega empieza con 'se añade-pica-corta la cebolla?'




El pan de pita, tiene no sólo el gusto del pan en sí, sino que parece hecho sobre una plancha con regusto a carne a la brasa. Además lo sirven calentito y dan ganas de comer sin parar.



Y como esta vez Pere pidió demasiados platos y la mesa tenía unas pequeñas limitaciones de espacio, tuvimos que esperar a terminar los dos platos anteriores, para que nos trajeran los siguientes.

Aportación de Pere: Recuerda que en Grecia se sirven todos los platos a la vez y se debe comer de todos ellos de manera indistinta.




Sobre estas líneas pimiento relleno de arroz con un ligero toque picante y repetimos guarnición para todos los platos que siguen. Por cierto, ¿sabíais que adoro las patatas y el calabacín?.





Y entre estos dos platos de carne voy a escribir. El de arriba está relleno de lo que yo dije que era atún y en realidad, se reía Pere, era cordero. El cordero lo trinchan muy pequeñito adquiriendo la textura del atún enlatado (sólo a nivel visual) y guisado de modo que adquiera un punto meloso. La salsa....jooooo....con lo buena que estaba y no recuerdo de qué era!! Y antes de que se me olvide, la carne de cordero desmigadita estaba dentro de una fina lámina de pasta de hoja. El contraste de sabores es un verdadero placer. Imposible no emitir sonidos guturales 'mmmm'.

Y aquí abajo un rollo de carne relleno de un sofrito de ....Pere SOS, ya no lo recuerdo!!!




Detalle del relleno:



Y para finalizar, según la religión de Pere, no podemos levantarnos de la mesa sin algo dulce. Para esta ocasión escoge un turrón de almendra con chocolate. ¿Hace falta que diga lo bueno que estaba? Imaginad si era una tentación que nos lanzamos a comer antes de hacerle la foto para el blog.
El olor a canela de este plato me lleva a un nuevo placer, el sentido del olfato llega al clímax. Y sí, ya tengo encargada la peli. Por cierto...era por el perfil helénico?

Para ti




viernes, 5 de octubre de 2007

Párate un tiempo

Algunos de nosotros vivimos de manera acelerada. Las prisas son nuestras grandes y inseparables compañeras. Tanto es así, que a veces nos acostumbramos a esos malos hábitos de la vida y sufrimos cuando eso cambia. Había olvidado lo que era no tener que correr y me cuesta horrores disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Los semáforos rojos son aquellos elementos del mobiliario urbano que tanto detesto, porque aunque yo quisiera seguir, me obligan a pararme, aunque sólo sea unos segundos. ¿Porqué debo parar si lo que yo quisiera es continuar? Sencillamente, porque hay cosas que no dependen de nosotros.
Estos son algunos de los semáforos que encuentro de camino a mi curro. Las fotos son todas del miércoles. Evidentemente sólo fotografié los rojos (y no todos), porque con los verdes ni me paro.

Semáforo con añadido de 'prohibido girar a la izquierda'


Qué luminosidad!

Este es uno de mis preferidos, que además siempre pillo en rojo. A dos alturas, y no entiendo el porqué, con su flecha que indica que sólo es aplicable a los que giren a la izquierda.


Esa calle es donde yo iba al insti en COU.




¿Qué le pasa al semáforo que parece una manzana?


Es la segunda vez que fotografío desde este punto. No sólo es que me guste, sino que cada mañana los pillo en rojo. Además es uno de esos semáforos de larga duración para nosotros que bajamos. Y doble ración!



Podría ser cualquiera de esas motos, pero esta vez no me cuelo, que sino no pillo el semáforo.



Aquí es en la única calle que giro a la derecha.

Y los auténticos protagonistas, los que hicieron que me animara a hacer este monográfico de semáforos....Están en el barrio de Gracia y no están ellos dos solos. Y es que, que te obliguen a pararte no siempre es agradable, por eso, porque a veces en esa pausa pueden pasar muchas cosas por nuestra cabeza, siempre es mejor que te lo digan de otro modo, con el corazón, intentando conseguir arrancarnos una sonrisa. A ver, que está claro, que el semáforo dura exactamente lo mismo que los otros, pero yo lo veo distinto....


Y si lo que hacemos es acatar órdenes, nadie mejor que los Transportes Hernández y Sanjurjo con su 'Sentadito y callao'. Me encantó esta canción desde la primera vez que la escuché. Gracias por presentarme a esta gente, Paco.