Adiós a los 'vermuts' de la una del mediodía MM y yo solos, mientras los niños siguen perdidos por el camping...
Adiós a las miradas puestas tras la valla, donde el payés del pueblo planta su cosecha. En los terrenos más próximos a nuestra ex-parcela planta calabacines. Algunas mañanas, me despertaba y sentada frente a esa mesa veía trabajar a los negros (no es un modo de hablar, sino que es literal). Me sentía una reina mirando desde su trono a los súbditos. Un café con hielo y seis cucharadas de azúcar acompañaban muchos de mis ratos bajo esta carpa de 6x3. Una carpa que era mi rincón...
Adiós a las celebraciones familiares bajo esa misma carpa. Dos celebraciones fijas al año mínimas: el cumpleaños de mis sobrinos y la verbena de san juan. Luego hay barbacoas diversas con familia o amigos. Pocas veces la carpa está vacía....
(Perdonen los retratados por el descaro y el atrevimiento sin autorización previa. Algunos de ellos ni siquiera saben de la existencia de estos blogs, pero a los que sí...mil perdones)
Y finalmente una vista general de mi ex-parcela, con una Duna que ha sido tirada físicamente al suelo por sus sobrinos pequeños mientras mi hijo Oscar colabora en esa labor. Afortunadamente la recompensa a este derribo es recibir los abrazos de los tres rubios.
Una de las cosas que más echaré de menos del camping y de mi ex-parcela es el trato con mis sobrinos. Allí era fácil compartir muchos ratitos con ellos, ver sus sonrisas y esos ojos claros que brillan siempre...sus gritos al llamarnos...debo reconocer y reconozco que tengo una predilección clara por esos dos pitufos. No es racional, es que con su manera de ser conquistarían a cualquiera.
Y puestos a dar adioses y confesar añoranzas...las noches de tertulia en la parcela vecina con cafés y chupitos (vasos grandes a veces)
las charlas a cualquier hora con mi hermana y amiga
los ratitos de 'ocio de pareja' mientras los niños andaban perdidos por esos mundos de dios
las comilonas sin excusas y las cervezas
las lecturas y los cds scuchados estirada en mi hamaca...al tiempo q tomaba el sol en bikini en la parcela (no me multaron nunca por ello)
las horas de piscina en familia a las cuatro justo cuando abrían
mis excursiones a la playa desde allí por las mañanas, mientras MM se quedaba con los niños. Yo me perdía con mi mp3 y a disfrutar del sol, del mar, de la arena y ...de la soledad
las visitas de mi madre y sus pensamientos extraños de otra época
mi bronceado que me curraba a base de horas (y zanahorias)
las vueltas en bicicleta, con el sano propósito de reducir volumen
el horno de tamaño normal capaz de permitirme hacer panes, bizcochos...
la felicidad de MM. Esto es lo que más lamento de toda esta despedida, el sentir que me será difícil conseguir que MM sea tan feliz como lo era allí.
Aquí va este trocito de blog como despedida a la parcela, a la puerta que cierro con ello y a una decisión que me ha costado mucho llevar a cabo. Solo puedo terminar diciendo que espero que como cada cambio importante que he realizado en mi vida, espero y confío que sea para mejor y que me lleve a más momentos de felicidad y sonrisas.